Lugar: Shkoder, Albania
Fecha: 2018

Hoy mientras almorzaba, estos dos niños jugaban descalzos al lado mío. Son gitanos, una minoría étnica que ha sido discriminada a través de la historia. El simple hecho de tener un nombre gitano les cierra las puertas a conseguir un empleo a sus padres. Con la actitud, más dulce ever, este chiquitín me pidió un “leke” (moneda de Albania), que realmente no tenía. No tenía cambio, pero en lo poco que nos entendíamos y por señas le dije que si querían comer. No me dijo que sí, simplemente cogió mi “hamburger” y comenzó a comérselo. Me dio mucha risa, pero a la vez me desarmó. Quizás ese no era el lugar idílico de los que a la gente le encanta postear fotos, la vida de estos niños dista mucho de la perfección que se vende en FB, sin embargo estos son los momentos que más me llenan mientras viajo. A veces, se me hace cuesta arriba esto de grabar videos para subir “stories” a Instagram. Prefiero simplemente disfrutarme el momento, sentir que lo vivo. Levantarme sin agenda, simplemente fluir. A veces, muchas veces, todas las veces, vale más alimentar una boca, hacer una nueva amistad, abrirte al Mundo, que una foto bonita para obtener unos pocos de “likes”. Según cifras oficiales de la ONU 1.3 Billones de toneladas de comida se botan al año, mientras un 30% de la población Mundial no tienen para alimentarse bien y pasan hambre. Así como las

relaciones y el matrimonio, la belleza de viajar, consiste en que entre lo “lindo” y “perfecto” de los países, hay mucha imperfección y camino que recorrer. Si no logras ver eso en cada destino que visitas, de seguro te irás sin haber descubierto el verdadero país.