¿Son peligrosas las turbulencias?
Redacción Mochileando
En un vuelo las turbulencias son algo común. Aun así, se han dado casos donde algunos pasajeros han resultado heridos. Eventos como estos nos llevan a cuestionarnos si las turbulencias son realmente algo de lo que hay que preocuparse. ¿Qué opciones tenemos si esto pasa? Basado en las recomendaciones del equipo de The Points Guy, te orientamos sobre este tema y posibles opciones que podemos tomar como pasajeros.
Las turbulencias suelen clasificarse de dos formas: en cielo despejado y por convección. Usualmente las que surgen en el cielo despejado no son peligrosas. Por otra parte, las que surgen por convección se toman con más seriedad; se producen en tormentas o fuertes cambios climáticos.
Aun así, no son eventos por los cuales debamos preocuparnos ya que los aviones están construidos para enfrentarse a estos eventos. Además de que los pilotos reciben entrenamientos para preservar la seguridad de sus viajeros. Comprometidos con la seguridad y comodidad de sus pasajeros, las aerolíneas coordinan sus vuelos de acuerdo con las mejores horas y el mejor clima.
Además, cada avión cuenta con radares que le ayudan a detectar posibles zonas de turbulencia y se anuncian con anticipación para que los pasajeros tomen las medidas pertinentes.
Si aun con esta información no te sientes seguro, hay opciones que como viajeros podemos tomar para evitar estar en vuelos que se vean severamente afectados. Antes de organizar tu próximo viaje, ten en cuenta los siguientes puntos:
salir temprano en la mañana
escoger aviones que cuentan con gran capacidad de viajeros
planifica tu viaje de acuerdo con el mejor clima y siempre mantente al tanto de cómo estará el tiempo días antes de tu viaje.
Es importante recordar que para evitar lesiones en un vuelo debemos seguir las instrucciones del personal y su piloto. Sobre todo, mantenernos sentados y con el cinturón de seguridad cuando se esté cruzando por algún área donde se presenten turbulencias.
Sabemos lo inquietante que puede resultar y lo inevitable que es asustarnos en esos momentos. No está demás llevar algunas distracciones que nos ayuden a relajarnos, así sea disfrutar de películas, música, libros, entre otros.
No te limites por estas experiencias, cierra tus ojos, respira profundo y recuerda que no hay nada de qué preocuparse. Estás a salvo.